lunes, 31 de enero de 2011

El hijo del leñador


Érase una vez el hijo de un leñador que tras sus lecciones en la escuela, ayudaba a su padre apilando leña en el cobertizo para luego ser vendida. Sin embargo, su gran sueño era ser dibujante. Solía escaparse a las montañas a dibujar los animales que allí veía: corzos, cervatillos, cabras montesas y pájaros, entre otros. También le encantaba dibujar cada momento que impregnaba el espíritu de la naturaleza: la caída del agua de la cascada sobre el lecho del río, el despertar del amanecer o el majestuoso vuelo del águila, reinando en el cielo. El hijo del leñador adoraba la naturaleza. Tanto él como su padre eran respetuosos con el medio ambiente y, por eso, por cada árbol talado, ellos plantaban dos. Su padre siempre le explicaba que el ser humano debía obtener alimento y sustento de la naturaleza pero también debía comprometerse a cuidarla y a velar por su subsistencia.

-La naturaleza es nuestra madre y, por eso, debemos amarla y ella, a su vez, cuidará de nosotros –le decía siempre su padre.

Y, de hecho, la naturaleza siempre era la musa que inspiraba los dibujos del niño, que no paraba de reproducir la belleza y el silencio de los bosques en cada una de sus creaciones.

En la escuela sus dibujos siempre eran bien acogidos y adornaban los pasillos del colegio. Un día el chico acompañó a su padre a casa de un cliente que les compraba leña cada invierno y éste observó como el niño dibujaba los árboles del entorno. Había

tal grado de realidad en ese dibujo y transmitía tanta paz que el cliente le preguntó al padre el precio del dibujo. El padre se sorprendió y le dijo que se lo preguntara a su hijo. El niño regaló la lámina del dibujo al cliente.

Prosiguieron su viaje hacia la casa de otro cliente del leñador y, sorprendentemente, sucedió lo mismo. El niño estaba dibujando a unos venados que pacían en el bosque y este segundo cliente quedó tan impresionado que se ofreció a comprarle el dibujo. Esta vez, el niño se lo vendió a un precio razonable.

Cuando se marcharon, su padre le dijo:

-Tú vendes tus dibujos y yo vendo leña. Formamos un buen equipo-.

Cuando llegaron a la cabaña, el niño no solo siguió dibujando sino que pintaba sus dibujos con acuarelas con lo que consiguió dotar de mayor vida a sus imágenes a través de vivos colores. Junto a la leña que apilaba en el cobertizo, había una pared donde el niño colgaba sus pinturas para que se secaran. Un cliente de su padre se desplazó con su hija pequeña para comprar leña y cuando fue al cobertizo y vio la belleza y el equilibrio de los dibujos del hijo del leñador, su hija le pidió que se los comprara pues deseaba colgarlos en su habitación de juegos. El niño se los vendió y con el dinero que obtenía por sus dibujos y con la ayuda de su padre, montó un pequeño estudio de trabajo en la buhardilla de la cabaña. La parte trasera era de madera pero la delanteraestaba presidida por un enorme ventanal de cristal transparente donde el niño contemplaba la profundidad del bosque.

Cuando llovía observaba comolas gotas impactaban en el cristal y como se desplazaban lentamente hacia abajo hasta desaparecer. El niño imaginaba y dibujaba las gotas de lluvia como diminutas estrellas que se habían escapado del cielo y que se habían vuelto acuosas al desprenderse del firmamento y se disolvían al llegar a la tierra. En esos momentos el niño sentía que, en cierto modo, era el guardián de los bosques del planeta y el responsable de mostrarle su divinidad y perfección al mundo. Era tanta su perfección que en los bosques y en cada una de las ilustraciones del niño sólo podía vivirse en momento presente.

El niño se convirtió en un famoso dibujante que ilustraba no sólo cuadros y lienzos, sino cuentos infantiles y relatos por doquier. Adoraba su trabajo inspirador y, además, siguió ayudando a su padre e impulsó a otros dibujantes a darse a conocer. También fundó una organización para velar por el ecosistema siempre bajo la atenta mirada y apoyado por su padre, quien siempre fue su mentor y su ángel de la guarda.

Safe Creative #1101318379457

jueves, 27 de enero de 2011

Meditación sobre el presente








Me abro a lo mejor de mí mismo/a

en cada momento que florece

en la existencia

y que me muestra aspectos de mi personalidad

que antes incluso desconocía.


Confío en que la vida me trae

lo adecuado para mí,

mientras me adentro con confianza

en cada instante

el cual siento con todos mis sentidos,

sabiendo que es efímero y pasajero,

como si de un suspiro se tratara.


Esta actitud me centra en el presente

y me conecta con la consciencia

y con mi ser interior,

de modo que ya no estoy dormido/a

en el transcurso de mis días

pues los vivo plenamente.


Me siento una persona completa y próspera

y avanzo con calma y seguridad

en cada etapa

con paso firme,

convencido/a de que si me equivoco,

puedo rectificar

pues cada error

me aporta una enseñanza.


La brisa de la vida

me regala sorpresas inesperadas e interesantes

que me acercan a posibilidades maravillosas

que nunca imaginé.


Resulta divertido

tratar de dejar de controlarlo todo

y dar paso a lo desconocido

y a la magia del presente.


Emano y soy amor

y estoy agradecido/a

por todo lo que me rodea

y por todos los regalos

con que la vida,

generosa y abundantemente,

me ha colmado

los cuales valoro enormemente,

al igual que los días y las noches

en que sigo presente

en este hermoso planeta

que me acoge desde que nací,

que tanto me ha dado y me da aquí y ahora,

y que debemos proteger y respetar,

en convivencia armónica de toda la humanidad,

para asegurar la preservación del medio ambiente

y la próspera subsistencia

de todos los que vivimos en él.

Safe Creative #1010227637308

Texto extraído de mi libro Reflexiones de Hadas y Ángeles editado en Bubok Publishing

Más meditaciones en mi otro blog: Trabajo con seres de luz


viernes, 21 de enero de 2011

La compasión según las hadas



La compasión se ancla en el respeto y el amor. La verdadera compasión nace del claro entendimiento y de la percepción consciente de la situación ajena. De este modo, la compasión no impide ver la fortaleza y el coraje que puede habitar en el corazón de persona objeto de compasión, a pesar de todo, y nunca cae en el menosprecio o la indiferencia de quien la siente. Y desde esa compasión, puede generarse la ayuda necesaria para que ese potencial de fuerza interior pueda aflorar y dar paso a su manifestación. Si eso sucediera, la compasión se convertiría en admiración, una admiración nacida del respeto y del reconocimiento de las cualidades del otro.

Este es un cuento inspirado en este tema:

“Érase una vez una mujer que enviudó y siguió viviendo con sus dos pequeños en la granja en el campo, que había compartido durante tantos años con el que había sido su marido.

Ella sacó fuerzas para tirar adelante su propiedad y la crianza de sus hijos. Se levantaba temprano para llevar a cabo las tareas del hogar, ocuparse de sus hijos, cuidar a los animales de la granja y labrar las tierras. En lugar de sentirse desesperada pedía ayuda a los seres de luz que habitaban el bosque que rodeaba sus tierras y, aunque, a veces, ella lloraba por el sacrificio que le costaba afrontar la situación, ella no se olvidaba de bendecir y agradecer todo lo que le quedaba, mientras sentía la luz de los espíritus bondadosos del bosque que la protegían.

Un día un leñador llamó a su puerta y le pidió cobijo y comida a cambio de su trabajo en la granja familiar. La mujer asintió y se alegró pues gracias al trabajo del leñador, ella disfrutaría de más tiempo para cuidar de sus hijos. Entre el leñador y la mujer nació una relación de respeto y cordialidad.

Un rico mercader cuya mansión estaba al lado de la granja de la mujer, hacía tiempo que venía observándola y, aunque al principio, él había sentido compasión por ella, eso no le había impedido percibir la fuerza, el coraje y la ternura que residía en el corazón de esa mujer que él había pasado a admirar por su dedicación, perseverancia y tesón en todo cuanto hacía.

Un día el mercader pasó a saludarla y le transmitió su respeto por ella, pues su actitud ante la situación que le había tocado vivir era una lección de confianza en sí misma y fortaleza que aprender.

La mujer le agradeció sus palabras y el mercader le dijo que en su finca había un enorme cobertizo con tierras anexas que ya nadie utilizaba y que estaban abandonados por lo que propuso a la mujer y al leñador, si les interesaba trabajarlas con la única condición de contribuir a su conservación y mantenimiento a cambio de la obtención por parte de ellos del fruto de su trabajo. El leñador tenía un familiar a quien interesó también la oferta y todos aceptaron la propuesta. Con la ayuda de ellos dos, la mujer continuaba teniendo tiempo para disfrutar de sus hijos, simultaneizándolo con el trabajo en la granja y el cobertizo, el cual convirtieron en una cuadra de caballos.

Con los años, el mercader murió sin descendencia y sus propiedades fueron legadas a quienes las trabajaban. Cuando los hijos de la mujer crecieron, también se ocuparon de las tierras, agradeciendo cada día a la madre tierra la bendición de cuidar de tan bellos pastos para sus animales.
La mujer nunca volvió a casarse pero era feliz con su vida pues se sentía enormemente próspera.

Gracias a su trabajo y a la ayuda de los espíritus del bosque, ella había conseguido mucho más de lo que nunca soñó y además estaba rodeada de personas con quienes la unía: una relación de amor con sus hijos, y de cordialidad de trato y afinidad con el leñador y su ayudante. Ella percibía que la vida le había regalado autenticidad y verdad por lo que se sentía enormemente compensada y cada mañana le sonreía al sol, mientras cruzaba sus manos sobre el corazón y decía gracias en silencio pues la compasión del mercader le había traído esperanza y cambio en su vida.”
Safe Creative #1012318170275

Cuento publicado en mi libro Cuentos de Hadas para niños y adultos editado por Bubok Publishing, S.L.

Agradecimientos




Quiero agradecer a Rosa Padial del blog:

http://elblogderosapadial.blogspot.com/

que haya difundido en su espacio virtual una meditación de mi autoría.

Aquí os dejo el enlace:

http://elblogderosapadial.blogspot.com/2011/01/meditaciones-de-amor-propio-y-por-los.html

Quiero agradecer a Helen Maran del blog:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/

que haya editado textos de mi creaciónen su blog.

Aquí os dejo los enlaces:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/la-felicidad-3.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/estrella-interior.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/meditacion-en-paz.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/el-hada-de-la-libertad.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/escucha-las-hadas-del-silencio.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/el-encuentro-con-la-paz-interior-1.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2011/01/el-encuentro-con-la-paz-interior-2.html

viernes, 14 de enero de 2011

Hadas y Ángeles



Hadas


Las Hadas son seres de luz que guían nuestros pasos. Sentirlas cerca puede significar que necesitamos cambiar alguna área de nuestra vida o simplemente, que nuestra existencia es muy aburrida y le la falta chispa, que ella pueden ayudarnos a recibir, si les abrimos nuestra mente.

Son seres juguetones, que rompen moldes y de extraordinaria intuición y sensibilidad. Por tanto, no es de extrañar que intenten llegar al corazón de las personas de similares características. Nos impulsan a dejar volar la imaginación en un mundo enloquecido lleno de egoísmo, de competitividad y de ansias de protagonismo, donde lo último que se valora es la autenticidad, la humildad y los pequeños detalles que llenan nuestra vida de sentido y que ellas nos transmiten como los mejores regalos que la vida puede hacernos.

Las hadas nos muestran con su luz que el cambio es la esencia de la vida y que, a veces, se presenta de forma un tanto misteriosa o inesperada.

La luz de un hada enternece el ser y brilla con tanta intensidad, que llega al fondo del alma, como aquella luz cuyos rayos se filtran hasta lo más profundo del mar para alimentar la existencia hasta en los más escondidos confines. Aquellos que nadie conoce.

Es aquella luz que tiene el poder de reavivarse en cada estrella ante la amenaza de la oscuridad de la noche, es aquella que tiene el don de poder fundirse con la luna para poder encender incluso hasta los corazones más tristes y de acercarnos a los sueños y a la felicidad, aquella que ellas ven con los ojos del corazón.

Las hadas nos muestran con su luz que el cambio es la esencia de la vida y que, a veces, se presenta de forma un tanto misteriosa o inesperada.

Podemos invocar a las hadas o pedirles ayuda, si lo necesitamos. Soñar con ellas es un excelente presagio.


Ángeles

Los ángeles nos transmiten una profunda sensación de paz, que cada vez necesitamos más en este mundo de agobio y prisas. Existen rezos, plegarias, cartas de ángeles y otros métodos para invocarlos. Aunque, a veces, pueden ser perfectamente sensibles a un simple pensamiento desesperado nuestro ya que son criaturas que se acercan a nosotros pues su misión es amarnos y protegernos. Pueden comunicarse con nosotros a través de nuestros pensamientos.

Todos tenemos un ángel de la guarda y creer en ellos sólo es cuestión de fe. Eso sí, nunca debemos olvidarnos de darles las gracias si acuden a protegernos.

Entre los ángeles más conocidos están el arcángel San Miguel (que nos fortalece y nos protege de los miedos), San Gabriel (nueva dirección en carrera y estudios), Uriel (para los cambios trascendentales, serenidad ante el conflicto, elevar la conciencia y alcanzar la paz de espíritu), Zadkiel (o ángeles de la alegría) o Rafael (sanación), aunque ellos tienen muchísimos más dones.

También existen los 72 Genios de la Cábala a quienes podemos dirigirnos, a cada uno en función de lo que deseemos pedirles. En este sentido, Los ángeles al alcance de todos de Kabaleb y Soleika Llop es un libro excelente.

Para comunicarnos con ellos, aparte de nuestra petición y oraciones podemos crear nuestro altar particular y encender incienso y una vela según el color que rija a cada ángel.

También podemos escribirles nuestras peticiones en una carta dirigida a ellos.

¡Lástima que el Universo no tenga una dirección o domicilio particular!

sábado, 8 de enero de 2011

El duende del espejo y el duende que excavaba


Érase una vez un niño que compró en una feria de su aldea en las montañas una figura de un duende que sujetaba un espejo y otra figura de un duende que excavaba en el bosque. Las colocó en una estantería de su cabaña frente a una ventana que daba a un jardín donde la primavera cada vez lucía más hermosa ensalzada por un aroma a jazmín y rosas que embriagaba a quien lo visitaba.

El niño colocó la figura del duende que excavaba frente a la del duende que sujetaba el espejo de modo que su imagen se reflejaba en el espejo. Sin embargo, todo aquél que se reflejaba en el espejo durante un período prolongado de tiempo, era hechizado y daba la espalda a sus cualidades. De modo, que el duende olvidó su carácter bondadoso y, cuando el muchacho le pedía en silencio algún tipo de ayuda, el duende le desoía.

Un día, la madre del niño sacó el polvo de la estantería y cambió la posición de las figuras. Ella colocó la del duende que cavaba detrás de la del duende que sujetaba el espejo y entonces el duende despertó de su hechizo. Nada más abrirle los ojos a su corazón, el duende se dio cuenta de que había hecho oídos sordos a las peticiones del muchacho. Así que, a partir de ahora, lo escuchó atentamente.

El niño había perdido en un descuido una cadenita de oro que su mamá le había regalado y que solía llevar alrededor de su cuello. El niño se sentía culpable por haberla extraviado. Lo lamentaba por él y por su mamá.

Así que el duende por las noches se escapaba de la habitación e iba al bosque donde cavaba y cavaba sin descanso con el propósito de hallar el tesoro del niño.

Ese año su mamá le regaló por Navidad unas fotografías tomadas antes de la pérdida que ahora lo entristecía. En esas imágenes el niño aparecía con la cadenita alrededor de su cuello pues estaban tomadas precisamente el día que su madre le había regalado ese tesoro de tan alto valor sentimental. El niño se sintió emocionado y lejos de recriminar a su duende que no encontrara su tesoro, le agradeció que le hubiera hecho llegar esta entrañable imagen que tanto se lo recordaba.

Pasaron los años y el niño creció. Se trasladó a estudiar a una universidad lejos de su querida cabaña del bosque pero se llevó con él a los dos duendes para que le acompañaran y le siguieran recordando a su casita y a su adorable bosque.

El joven se graduó y se despertó feliz de haberlo conseguido. De pronto, el duende que sujetaba el espejo señaló un reflejo de luz en la misma dirección a la que apuntaba la pala del otro duende que excavaba. El rayo de luz apuntaba al exterior del jardín de la universidad El muchacho se levantó y miró en esa dirección a través del cristal de la ventana de su habitación. Allí había un señor que le hacía señas para que saliera. El muchacho salió y el señor le contó que venía a ofrecerle un empleo.

Con su primer sueldo, el joven le compró a su mamá un collar por su cumpleaños y cual fue su sorpresa que la joyería cerraba el negocio por jubilación del dueño, quien le ofreció gratuitamente una cadenita similar a la que el joven había perdido cuando era niño. El joven se dirigió a sus duendes y les dio las gracias.


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Agradecimientos


Quiero agradecer a Helen Maran del blog Meditaciones en el Mar Rojo, el cual os recomiendo visitar a menudo por ser tremendamente espiritual y porque es un espacio que visito a diario:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/

que haya publicado en su espacio virtual textos de mi autoría. Aquí os dejo los enlaces:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2010/09/leccion-3-delcurso-magico-de-los-seres.html

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com/2010/12/el-hechizo-del-brujo-y-la-magia-del.html
Quiero agradecer a Rosa Padial del blog El blog de Rosa Padial, el cual resulta particularmente inspirador y enriquecedor:

http://elblogderosapadial.blogspot.com/

que haya publicado en su espacio virtual textos de mi autoría. Aquí os dejo los enlaces:

http://elblogderosapadial.blogspot.com/2010/12/las-hadas-el-perdon-y-el-amor-por-uno.html

http://elblogderosapadial.blogspot.com/2010/12/meditacion-de-amor-por-nuestro.html#comment-form


Quiero agradecer a Luzby Mary Bernal del blog Teatro Cósmico Interestelar, un espacio rico en contenido:

http://luzbybernal.blogspot.com/

que haya publicado en su espacio virtual una poesía de mi autoría. Aquí os dejo el enlace:

http://luzbybernal.blogspot.com/2010/08/me-acunas-en-tus-alas-de-ensueno-y.html

Quiero agradecer a Graciela Sutta del blog Amor, dulce sentimiento, un blog el cual os aconsejo vivamente que visitéis pues es un canto al amor y a las sensaciones que dicho sentimiento nos aporta. Se trata de un interesante espacio para compartir y disfrutar de su lectura,

http://amordulcesentimiento.blogspot.com

que haya publicado en su espacio virtual una poesía de mi autoría. Aquí os dejo el enlace:

http://amordulcesentimiento.blogspot.com/p/poesias-de-diversos-autores.html#comment-form