jueves, 30 de agosto de 2012

Discurso de la Papisa (4)




La Papisa, esa dama discreta y sabia del tarot, me hace llegar la siguiente reflexión... 

Te sientas en la penumbra y descubres la cara de aquellos que te instigaron y que ahora han dejado de ser en tu vivir. Los comprendes pero no te inspiran tristeza ni pena pues entiendes perfectamente que se vean inmersos en las consecuencias de sus gestos. Hasta de ésto has conseguido vaciarte y despojarte. Este vacío te ha compenetrado con algo divino y grande que reside en lo pequeño y en lo sublime. Tienes la sensación de haber estado así antes, de haber llegado a este sentido completo de vida a través de tantos contrasentidos. Has conseguido que cayeran todos y que te mostraran sin quererlo (pues nunca pretendieron ayudarte) el lugar de donde provienes: aquél sin juicio pues ya no hay nada que juzgar, la vida es demasiado valiosa como para perderla con palabras vanas. No sabes como describir tu lugar de origen pero sí percibes que es como una inefable felicidad construida en tu interior con vigas de luz.


Ves a alguien caminando con gracia y te das cuenta de que tu alma es así: grácil y ejecutora fiel a su destino. El hecho de que te haya costado tanto llegar hasta aquí es consecuencia de que todo el mundo paraece haberte enseñado el camino contrario a tomar quizás para valorar más tomar luego el correcto y que nunca te arrepintieras de ello. Hasta que no tomaste la decisión de salir de tu confusión, sintiéndote por un tiempo perdida pero ya harta de sucumbir a las exigencias de los demás, no conseguiste alzar tu vuelo y simplemente ser, existir, estar aquí, viviendo el instante, no huyendo apresuradamente de él. 

Cuando vives, colaboras, miras estando presente y eso te hunde en la sabiduría del alma y el recuerdo de lo aprendido en tantas existencias anteriores. Se llega a este paso tras una tremenda aceptación y rendición donde te sientes cómoda sin saber y sin ceder a la pretensión del control: dejando que la vida sea y sin molestarte tan siquiera en enjuiciarla. Hablando menos, callando, observando silenciosamente se llega al vacío del silencio, allí donde comprendes que ya no hay nada que manejar, tan sólo ser consciente de estar inmersa en ese momento rebelador. Entonces, te sientes tú y te sientes limpia, pura, libre e inocente como una chiquilla. Tan inocente que ya estás desintoxicanda de tus juicios y abres la puerta del ser, aquella donde todo cae por su propio peso y en la que sólo estáis el instante y tú, aunque tú no te percibes separada del instante. Sólo aparece ante ti lo correcto, lo divino, lo idoneop y la existencia cobra el sentido de ser, aquél que reverencia la vida como el milagro que es, como la enseñanza que nos eleva y nos convierte en lo que hemos venido a ser. Emitimos, entonces, una vibración tan amplia y pura que todo lo que no se le asemeje, simplemente, la atraviesa y se va, como un ruido destinado a acallarse. Es la esencia del momento: la única que conversa con nuestra alma y lo hacen como si fueran viejas amigas o almas gemelas, que han venido a completarse.

Al igual que la luna precisa de la noche para brillar, nosotros hemos precisado del dolor, del sufrimiento y del hastío para comprender que para perfeccionarnos e integrarnos en los opuestos, primero hay que cabalgar de un lugar a otro de la dualidad para llegar con nuestra montura a la cima del conocimiento, el cual habrá empezado por conocernos a nosotros mismos, despojándonos de ropajes y adornos que interferían en nuestra libre y genuina expresión del alma. 

Como niños que todos fuimos y somos, hemos venido a reinar en nuestro Universo y a tomar el cetro para desempeñar la misión del alma. Ése cetro sólo nos está reservado a nosotros. El cetro guarda secretos tan osados capaces de cambiarnos a nosotros y al mundo. Y es que sólo desde el refugio de nuestra soledad, de nuestra intimidad con el corazón, lo hermoso en nosotros puede emerger transparente como un lago que fluye sereno y que no precisa para ello de nada más que de sí mismo. Pues el ser no depende, el ser es.     

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martes, 28 de agosto de 2012

Desde el espíritu de las flores


Las hadas te cantan al oído... 

Recibes el don de la transmisión de un conocimiento oculto y sutil que requiere de apertura y sensibilidad de corazón para su adquisión e integración.

 
Del corazón de las flores nace un espíritu efímero y salvaje, anclado en el ahora y que vuela, adaptándose increíblemente al momento en la dirección del viento que abraza tu alma.

La luz del sol incide sobre este corazón para acariciar su latido y reconfortar sus raíces. La humedad  garantiza el sustento del tallo, y la densidad de la tierra, su enclave o posicionamiento.

Las flores asoman a la vida y sonríen con su belleza a la existencia que las toma bajo su manto cálido y amoroso, experimentando ellas su apertura al momento.

Existe una paz en la esencia de las flores que puede percibirse como una adaptación contínua al cambio y a la climatología desde la aceptación y la flexibilidad a lo que es. Ese espíritu natural, libre de obstáculos y condicionamientos mentales, se extiende libre e inocente en su reino del ser sin importarle como será el siguiente instante pues tan sólo es ahora. Sabe que la naturaleza provee sus necesidades y que respirar o desprender oxígeno tras cada alba es una bendición que se manifiesta espontáneamente en cada instante: una bendición llamada la dicha de ser. Esta dicha es por sí misma, es porque sí  porque no precisa de nada externo para alentarla, aunque si eso llega, resulta bienvenido.

 
 
El instante pasa y el espíritu de las flores, al quedar libre de cualquier condicionamiento, pasa a través del instante con la ligereza de una avecilla que recién ha aprendido a batir sus alas y es libre desde su primer piar.
 
Las flores confían en que la profundidad del valle cuidará de ellas y que la lluvia y el sol constituirán su fuente de abastecimiento. Sus cortas vidas suponen un continuo cambio de paisaje, es un fluir sin caminar, un devenir donde la naturaleza corre libre, ejerciendo su rol en la magneficiencia de la obra divina.

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viernes, 24 de agosto de 2012

Meditación para expandir el amor


Siento la cercanía de las hadas y esa luz sutil que irradian en dirección a mi corazón y yo, a su vez, lo envío al reino animal y  al reino vegetal para que se les permita ser y vivir en paz. Hacia cada uno de sus integrantes envió la luz recibida de las hadas a mi corazón y la multiplico para que llegue a todos y cada uno de sus seres. Puedo sentir como canalizo ese amor y como ese amor sabe adonde llegar. Desde el lenguaje del amor incondicional todo se sabe y se intuye y se abren canales implícitos de comunicación que crean lazos invisibles pero duraderos y armoniosos.


De los animales y plantas pueden recibirse sabias lecciones, todas ellas bañadas de amor divino, ése que rige su destino y conduce sus ahoras. Los animales y las plantas son unos poderosos anclajes en el ahora y ellos pueden ayudarnos a enraizarnos en el poder del instante, en la plenitud del presente que es por si misma y que se manifiesta desapegada, libre, mágica y genuina.  

Sigo con mis queridas hadas y les pido en mi posición de meditación, sentada cómodamente, que me ayuden a comprender sin juzgar y a mantener mi mente estable ante cualquier perturbación, poderosamente anclada en el planeta Tierra y en mi centro de paz.


Las hadas bailan entorno a mí y toman nota de mi petición y ya están preparando el envío...

Una melodía silente en la que tan sólo se oye un aleteo rápido y perfectamente perceptible, llega hasta mi alma y lo agradezco como una muestra de complicidad del reino del mundo hadado y angelical.


Ahora envío mi amor desde mi fuente interior a ese planeta en el que mi alma eligió encarnar, sin duda, porque se trata de una gran escuela y porque su belleza y peculiaridades son únicas en su género. Se trata del planeta Tierra, ese planeta azul que enamoró a mi alma y donde ostento el privilegio de ser Hija de la Tierra. Envío mi amor y mi sincera intención de que todos los Hijos de la Tierra se libren del sufrimiento y sean felices por el simple hecho de ser y sentir en sus corazones ese amor e ilusión que los niños sienten de forma natural, conscientes de la vida los cuida y los mima y de que hay que sonreír a cada instante, agradeciéndole que esté allí con nosotros. Los niños dan por el placer de dar, sin esperar nada a cambio y esta es una de las lecciones que nos brindan estos pequeños maestros destinados a cambiar el mundo, por eso merecen ser escuchados y protegidos a fin de que puedan cumplir su misión. Les pido a las hadas y a los ángeles que tutelen a los niños del planeta y que cese cualquier muestra de hostilidad o deshumanización hacia ellos. Muchos de ellos son hermosos mensajeros, cuya luz estelar brilla en sus corazones y en sus palabras.Muchos niños muestran sensiblidad hacia las especies animales y mantienen una conexión especial con la naturaleza. Permitamos y aprendamos de estos pequeños ángeles encarnados en La Tierra, que nos van a enseñar a descubrir nuestras alas.

Respiro profundo visualizando una humanidad despierta pero respetando a quien no elija esta opción, libre de seguir su propio camino. Envío fuerza al despertar espiritual para que siga enclavándose y expandiéndose, abriendose con alas poderosas en los corazones que respondan a su llamado. La humanidad puede conseguir cosas increíbles, muestra de la perfección del ser que late y al que podemos dirigir nuestra mirada, esa mirada que irradian los niños y cuyo cariño podemos sentir en contacto con animales que se han ganado nuestro corazón, recordándonos que a pesar del dolor sufrido todos somos capaces de experimentar la ternura y la emoción de algo verdadero y noble.      

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Más agradecimientos

Quiero agradecer a la autora del blog Cuentos Empitucados la publicación de mi cuento La flor de la princesa:

 http://cuentosempitucados.blogspot.com.es/2010/09/cuento-florecido.html

Quiero agradecer a Adelfa la publicación de mi cuento El Hada del Alma:

http://adelfa.myblog.de/adelfa/art/8052160/EL-HADA-DEL-ALMA


Quiero agradecer a Meditaciones en el Mar Rojo la publicación de una meditación por el planeta Tierra de mi autoría:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com.es/2011/03/meditacion-de-amor-propio-por-uno-mismo.html

Muchas gracias a la autora del blog Bohemia y Romanticismo por publicar en su espacio virtual mi cuento El duende del zapato:

http://bohemiayromanticismo.blogspot.com.es/2011/11/el-duende-del-zapato.html?showComment=1345823351237#c980328016785050184

Muchísimas gracias al blog  Meditaciones en el Mar Rojo por publicar mi cuento La estrella que se escapó del corazón de un ángel:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com.es/2010/10/la-estrella-que-se-escapo-del-corazon.html 

Gracias Adelfa por publicar mi Cuento con sabor a libertad, mi cuento El niño y el cervatillo, mi cuento La niña, la ardilla, el conejo y el ratón de campo, mi cuento El hada que sorprendió al chico y mi cuento La llegada del hada al planeta Tierra :

http://adelfa.myblog.de/adelfa/art/8164336/CUENTO-CON-SABOR-A-LIBERTAD
http://adelfa.myblog.de/adelfa/art/8087500/EL-NINO-Y-EL-CERVATILLO 
http://adelfa.myblog.de/adelfa/art/7697164/LA-NINA-LA-ARDILLA-EL-CONEJITO-Y-EL-RATON-DE-CAMPO
http://adelfa.myblog.de/adelfa/art/8071540/CUENTO-DEL-HADA-QUE-SORPRENDIO-AL-CHICO
http://www.google.es/imgres?num=10&hl=es&biw=1280&bih=633&tbm=isch&tbnid=iSP6QcTe3MlqdM:&imgrefurl=http://adelfa.myblog.de/adelfa/art/8068576/LA-LLEGADA-AL-PLANETA-DEL-HADA&docid=WfLmgG06_70s9M&imgurl=http://chezmanima.c.h.pic.centerblog.net/824e421e.gif&w=500&h=883&ei=5p43UJH8GuPA0QWIzYAg&zoom=1&iact=hc&vpx=130&vpy=51&dur=555&hovh=215&hovw=122&tx=59&ty=159&sig=104490743763822099124&page=3&tbnh=144&tbnw=82&start=45&ndsp=25&ved=1t:429,r:13,s:45

Gracias a Meditaciones en el Mar Rojo por la publicación de artículos de mi autoría sobre las hadas:

http://meditacionesenelmarrojo.blogspot.com.es/2010/11/curso-magico-de-los-seres.html

Gracias a http://luzbybernal.blogspot.com.es por publicar una meditación de luz de mi autoría:

http://luzbybernal.blogspot.com.es/2011/02/meditacion-para-hacer-en-luna-nueva.html

Gracias a Magic World por publicar mi Cuento con sabor a libertad:

http://magicworld.20six.de/magicworld/art/685772/CUENTO-CON-SABOR-A-LIBERTAD


viernes, 17 de agosto de 2012

La liberación de los patos de la granja


Había llegado el día de la liberación de los patos de la granja. Habían sido cuidados por Supermami, su mamá gallina adoptiva, pero había llegado el momento de dejarlos libres en su entorno natural. El granjero se quedó con una pareja de patos a petición de su hija, que se había encariñado muchísimo con estos simpáticos animales, pero el resto serían trasladados a la naturaleza pues la vida en libertad sería la mejor opción. 

El granjero no pudo evitar llorar, cuando trataba de capturarlos en el corral de gallinas donde habían sido criados, recordando las anécdotas que había vivido con ellos desde que llegaron a su granja siendo unas crías de pato de tan sólo tres días de vida. Aquél duro momento le enseñaba que cuando nuestros guías de luz nos protegen, también sufren al tener que respetar nuestra libertad y plan de vida. Al igual les resulta a nuestros progenitores. Separarte de los que quieres, no resulta fácil. El granjero había aprendido y disfrutado de los patitos y con ellos se había sentido completamente en paz. Nunca olvidaría su mirada profunda y sus juegos en el corral.  

El granjero colocó a los patos en cajas de cartón y los trasladó al mismo lugar donde fueron hallados. Se trataba de una zona rural de campos no cultivados con lagunas naturales. El este entorno había poca presencia humana, hecho que había favorecido que la fauna y la flora de ese lugar aumentara y se diversificara. Las pocas personas que habitaban esos terrenos eran respetuosos con el medio ambiente debido a su conciencia ambiental y ecológica y respetaban y protegían a los animales, potenciando su presencia y permitiéndoles que vivieran en paz. Un río caudaloso atravesaba el lugar y le confería mayor frescura y desarrollo.     


La hija del granjero acompañó a su padre en tan señalado día pues, muy emocionada, deseaba compartir con los patitos, aquellos que habían sido sus amiguitos en la granja, este momento tan especial. La hija dejó de llorar al ver la belleza, la espaciosidad y la tranquilidad que se respiraba en esas praderas apacibles y frondosas. 

Había en ese lugar que parecía de cuento de hadas, una vieja casona cuyos propietarios estaban acondicionando. Al lado de esta casa había un huerto de frutas y hortalizas, rodeado de fincas y pastos. El lugar era idóneo para los patos. Cerca del huerto había una enorme laguna, con algas, peces y abundancia de insectos, donde los patos fueron hallados por la propietaria de la casa de campo al ser abandonados. Antaño había sido una piscina pero la propietaria había querido seguir conservándola como laguna, para respetar la vida animal y vegetal que albergaban esas transparentes aguas. Esa laguna desprendía una serenidad especial y sus amorosas aguas contribuían a la cría y crecimiento de numerosas especies acuáticas, algunas de ellas, minúsculas. Los propietarios de ese lugar de naturaleza en estado salvaje habían prometido desde niños contribuir a la preservación de la Madre Tierra, en especial de los reinos animal y vegetal, por lo que habían fundado varias asociaciones de compromiso hacia los ecosistemas naturales.



   

 El granjero y su hija soltaron a los patos ante la laguna, uno de ellos se alzó rápidamente en vuelo, disfrutando de su recién estrenada libertad. En el corral de la granja los patos no habían podido volar, así que no era cuestión de perder el tiempo para saborear la inmensidad del cielo. El pato se alejó rápidamente hasta que desapareció en el horizonte. Sin embargo, el resto de los patos se quedaron en el lago. Disfrutaron nadando, chapoteando y aleteando en el agua tranquila del gran lago, que nada tenía que ver con el pequeño recipiente que el granjero les había preparado a los patos en la granja para que puedieran bañarse. Sin duda, el lago les convenció más. La hija del granjero les dejó grano cerca del lago para que los patos puedieran comerlo, si les apetecía. Era verano y hacía buen tiempo. Los patos tenían tiempo de sobras para adaptarse a la climatología de las diferentes estaciones y buscar comida. De hecho, en los campos había muchas caracolinas. A los patos les encantaban, ya que les aportaban calcio, las encontraban deliciosas y resultaban fáciles de capturar.     

El granjero y su hija regresaron a la granja. La niña a pesar de tener en la granja a su pareja de patos, echaba de menos al resto. Su padre, el granjero, le dijo:

-Hija, los padres debemos aprender a respetar el camino de nuestros hijos. Ellos son libres de marcharse y de hacer su vida, de fallar y de acertar. No podemos sobreprotegerles, sino permitir, aunque nos duela, que se marchen y emprendan su rumbo. No sufras por los patos. Los patos en el campo están bien. Además, allí vuelan y caminan e inspeccionan su nuevo lugar. Para ellos es una aventura divertida. Seguro que ese paraje natural se convertirá en su lugar.

-¿Estás seguro de que estarán bien allí, papá? -le preguntó la niña a su padre.

-Sí, seguro. La naturaleza es su lugar. Allí estarán muy bien. No sufras por ellos -le tranquilizó su padre.  

La niña al irse a dormir encendió una vela a su ángel de la guarda y le pidió que protegiera a los patos en el campo, especialmente, esa noche, que era la primera que pasaban fuera de la granja. La hija estaba preocupada porque hacía una noche muy ventosa y sabía que el fuerte viento se llevaría los granos que les dejó a los patos cerca de la laguna. 

-Lo dejo todo en tus manos, mi ángel -pensó la niña.

Al cabo de un par de días, la propietaria de la casa de campo se puso en contacto con el granjero y su hija para decirle que los patos liberados estaban bien y seguían en la laguna. A veces, se iban para descubrir el lugar y buscar alimento pero siempre acababan regresando. La niña le preguntó por el montón de grano que ella misma había depositado cerca de la laguna y la propietaria le respondio que seguía ahí, casi intacto, ya que los patos habían comido parte de él.
 

 La niña sabía que eso resultaba casi imposible debido la ventisca que había azotado la zona la primera noche que los patos habían pasado allí. Pero la niña marchó a agradecerle a su ángel que hubiera protegido el montículo de grano para que los patitos pudieran alimentarse de él hasta tener un mayor conocimiento del lugar.


-Gracias, querido ángel, por cuidar de ellos. Por favor, sigue protegiéndolos. Les echo mucho de menos.- le confesó la niña a su ángel en voz baja.

Al regresar del colegio cada tarde, la niña se iba a ver a la pareja de patos del corral y a las gallinas y les daba grano.

-Papá, ¿me dejarás cuidar de ellos a partir de ahora? -le preguntó la chiquilla al granjero.

-¿Por qué? -le preguntó su padre.
-Porque me siento muy bien, cuando estoy con ellos. Mi miran con sus ojitos curiosos. Es como si con ellos pudieras olvidarte del mundo -le respondió la niña a su padre.

-A mí me pasa lo mismo -le respondió su padre, el granjero-. Cuidando de los animales, recibes mucho amor. Puedes cuidar de los patos y las gallinas-.

Por la mañana, la niña se levantaba antes para escaparse unos instantes al jardín de la granja antes de ir al colegio. ¿Por qué? Pues porque cerca del corral de patos y gallinas había un caminito de piedras. La niña levantaba las piedras por la mañana temprano, cuando la tierra todavía estaba fresca y húmeda, pues estaba repleta de lombrices. La niña las tomaba y se las daba a su pareja de patos y también a las gallinas.A la niña le encantaba estar cerca de ellos y ocuparse de su bienestar. La hacía feliz el simple hecho de ver que ellos estaban bien. Y mientras les acercaba al pico las lombrices, la niña se preguntaba qué estarán haciendo los patitos del campo.

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miércoles, 15 de agosto de 2012

La misión de las hadas en el planeta Tierra (3)

 
La aceptación para las hadas en el planeta Tierra es el gran reto al que se enfrentan, cuando descienden aquí para vérselas con un gran maestro que más de una lágrima y rabieta les ha costado: el sufrimiento. Al provenir de una dimensión de unidad, las hadas al llegar a la dualidad de la Tierra hacen gala de una inocencia y espontaneidad que deben aprender a mesurar pero sin perder estas cualidades que les recuerdan que los dones de la infancia deben de seguir presentes en la edad madura, adaptándolos al instante sin dejar de lado la alegría y la creatividad del espíritu hadado.


Cuando  un hada descubre que lo es, pero en carne y hueso, no puede evitar que la frustración se instale en su corazón pues el hada es entonces incapaz de sentir sus alas y mucho menos de disfrutar de la libertad que antaño fue su eterna compañera en el reino de las hadas. Hasta que ella no entienda que su alma eligió desde una posición de no juicio venir aquí para completarse y ayudar, ella vivirá su estancia en el planeta como un calvario, un cautiverio en el cual le es imposible volar y huir. Sin embargo, los guías del hada van a orientarla para que su comprensión alcance un mayor entendimiento y tras llorar y rebelarse, llegue a la conclusión de que las enseñanzas en la escuela de la Tierra tienen el poder de elevar a las personas a la conexión de la grandeza y la belleza del ser. Hasta que no lo consiga, el hada parecerá una niña enfadada a quien se le ha cerrado las puertas de su reino y de su castillo mágico.

No obstante, el hada hallará grandes maestros en su existencia, en cada apariencia habrá un instructor camuflado cuya enseñanza se irá repitiendo una y otra vez hasta que el hada encarnada en persona esté dispuesta a escuchar, flexibilizarse, tolerar e integrar en su sentir nuevas perspectivas, sin olvidarse de su autoestima y dignidad. A veces, el maestro con su ejemplo pretenderá mostrarle lo contrario que ella deba de hacer. De este modo, el hada se hallará ante las dos caras de la balanza y podrá elegir cuál tomar, habiendo comprendido la opuesta. Además, el hada descubrirá que la soledad y el recogimiento le permitirán adentrarse en su paz, esa entrada a la libertad y la magia del ser desde la que todo es posible en alineación con el alma, que nos irá mostrando en cada paso cómo somos, proporcionándonos lo necesario para ello y no descarriarnos del camino a seguir.

Desde la aceptación, se aprende ni a resignarse como una víctima vulnerable ni a forzar los acontecimientos, sino más bien a saber esperar con paciencia que lo que nos está destinado llegue a nosotros. La improvisación será una gran aliada gracias a la cual la respuesta buscada nos llegará en el instante adecuado y nos impulsará a tomar grandes decisiones con claridad y determinación. El hacer planes puede resultar adecuado en algunos casos pero nunca para tratar de imponer nuestros criterios o controlar los de los demás. La libertad es lo opuesto al control y desde la libertad se abre la puerta del amor y de la creatividad de la que todos somos capaces y que contribuirá a aliviar el mundo de tanto sufrimiento.

Cuando el hada aprende a respetar la decisión que tomó su alma al venir aquí, entra en contacto con el desapego, con el desinterés y con el compromiso de evolucionar de acuerdo a la luz de esa alma que aún estando aquí, sigue siendo hadada. El hada, entonces, aprende a amarse y a amar al planeta, a dejarse cautivar y respetar la esencia sagrada que se respira en cada muestra viviente del planeta y una vez sanadas sus heridas y sintiéndose completa tal y como es, se instala en ella de forma natural y espontánea el deseo de ayudar a los demás sin interferir ni dañar sus vidas. Al hada le ayudará recordar el estado de no juicio y de ecuanimidad desde el cual todos son tratados por igual, que ya poseía antes de venir aquí y que irá recordando para contribuir al bienestar del mundo.


Las lecciones a las hadas les vendrán dadas directamente por sus guías, por personas, animales, plantas o cualquier otra situación que les sirva de marco de crecimiento. También comprenderán la tristeza que pueden experimentar sus guías al guiarlas en las duras condiciones del planeta Tierra, lo cual las conducirá a elogiar y agradecer su rol y a dejar de maldecirlos por permitir que ellas bajaran aquí. Para los guías puede no resultar siempre fácil guiarnos, pero ellos deben respetar el plan de vida que el alma eligió previamente a la encarnación actual, entre cuyos aspectos se halla la limpieza de karma pendiente.

De hecho, cuando las hadas se integran en la red paisajística que configura su existencia terrenal, ya no tienen prisa por regresar a su dimensión hadada pues el aprender y el aportar a este planeta que tuvo la bondad de acogerlas, las alienta a permanecer aquí sin angustia, sin prisas, habiendo soltado todo lastre y confusión emocional y aceptando que su regreso se producirá en el momento adecuado, pero disfrutando ahora de su estancia en este bello planeta azul creador de vida y que a tantas almas, aparte de las mismas hadas, tiene cautivado. De este modo, las hadas dejarán de tener miedo y llegarán a sentirse hijas de la Tierra.

Y tú, ¿qué has aprendido de tu paso por la vida?     

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viernes, 10 de agosto de 2012

Supermami, la mamá gallina (4)

En la granja el granjero seguía tan atareado como siempre. Sin embargo, obtenía tanto amor al cuidar de sus animales que cada día daba gracias por ello. Su hija lo ayudaba pues ella había heredado el amor que su padre sentía por los animales. Las gallinas, sus polluelos, las codornices, los patitos, los caballos, las vacas  y cabras formaban parte de la familia de animales de la granja.

Los patos habían dejado de ser esos indefensos patitos que fueron criados por la gallina Supermami y ahora se habían convertido en unos hermosos patos que estaban cambiando su plumaje. Eran unos animales preciosos, simpáticos y tenían una mirada de bondad y de inocencia que tenía encandalida a la hija del granjero. Contemplarlos le producía una sensación de paz que hacía que a la niña todavía le gustara más estar en la granja con su padre.


Pero los patos estaban creciendo y el granjero se estaba planteando la posibilidad de dejarlos libres en el campo para que pudieran volar, ser libres y encontrar un grupo de patos donde relacionarse con sus congéneres. A la hija del granjero le daba mucha pena desprenderse de sus patitos por lo que su padre le había prometido que se quedarían con una pareja, pero liberarían al resto. Sin embargo, separarlos no iba a ser una decisión fácil pues desde pequeños se habían criado todos juntos con su mamá gallina adoptiva, Supermami.


El granjero colocó unos huevos de codorniz en el corral y tres gallinas ponedoras se disputaron el incubarlos pero como buenas hermanas al final se turnaron para la incubación. Después, se colocaron una al lado de la otra para incubarlos juntas y darles más calor. La gallina del centro, extendió sus alas para abrigar a las gallinas que se habían sentado a sus lados para incubar. Era una imagen fraternal.

-Si alguna lección nos dan los animales, querida hija -dijo el granjero- es que ellos saben convivir en paz -.

-Sí, papá y debemos aprender de ellos -le respondió su hija.       

Luego, las gallinas se levantaron, ¿y quien siguió incubando los huevos?

¡Supermami! 

Su instinto para la maternidad era infinito...     

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martes, 7 de agosto de 2012

Discurso de la Papisa (3)

 
Aquí os dejo una canalización que he recibido de la Papisa, esa sabia dama del tarot, que nos enseña a dejarnos llevar por la voz interior y descubrir los tesoros interiores, plenamente conectada con las leyes que gobiernan el Universo. En esta canalización también interviene el arcano del tarot, El Loco:
 

Que te hayan decepcionado tanto los demás en el pasado, te ha dejado la mejor de las lecciones: aprender a no esperar nada. Eso te convierte en una dadora incondicional que no espera recibir nada a cambio y te eleva a la altura del desapego, esa meta que nos entrega el ansiado regalo de la libertad del espíritu.

Procura no etiquetar las cosas ni las actitudes de las personas, en todo caso, envíales mantras sanadores. Nada es malo ni bueno, simplemente, es como es: no como debería ser ni como nosotros nos gustaría que fuera. Eso nos enseña a captar el instante más genuinamente y a sentirnos cómodos en la incertidumbre de no saber. Pretender controlarlo todo es fruto de la inseguridad y de una autoestima pobre que busca pilares en lo exterior en lugar de apoyarse en la más fuerte de las luces: la luz del alma. 

El que es tolerante y deja ser y se entrega al momento, confía en el espíritu que le insufló vida al nacer y colabora con él y lo hace con amor. En su mirada brilla la ilusión de los niños. 

El ansia de control no proviene del amor, sino de la imposición y el despotismo del ego, que sintiéndose pequeñito pretende engrandecerse con la sumisión de los demás. Pero el que ha aprendido a soltarse ya no tiene miedo, pues no depende de lo externo y, entonces, todo se le vuelve manso, agradable, dulce y llevadero. Ha aprendido a no forzar y es, precisamente, entonces cuando el manto de la vida se adapta a cada poro de su piel porque ella es por si misma y él es por si mismo. Él podría ser el Loco del tarot, ese caminante con divertidas ocurrencias, nómada, desapegado, aventurero, mirador del instante y sin ninguna posesión ni pertenencia que le ate a un mudo en el que él tan sólo pretende ser libre, sin ninguna pesadumbre a cuestas. Encima sólo lleva lo imprescindible y nunca hace planes, sino que permite que la vida los haga por él. El Loco se ha reconciliado con el paso del tiempo, no tiene prisa, camina y se deja llevar por sus pasos. El Loco es un loco muy cuerdo, un loco bendito que le ha dicho sí al presente y lo mira con dulzura, flexibilidad y aceptación.


Al Loco sólo le importa el ahora. Silba al instante como anuncio de que el mejor de los amigos entra en escena: el alma. El alma es la única guía que rige el destino de un Loco que se ha trabajado a si mismo. Un Loco a veces inocente, un tanto inmaduro y quizás egoísta, dirían muchos. Pero hay que ser un poco egoísta para ocuparse de uno mismo, les respondo yo. Ese egoismo resulta una bendición porque nos permite escucharnos (aunque no es egoísmo, sino amor a la escucha del alma), mirar hacia dentro y abrir las puertas de la empatía, la compasión y la comprensión. 

Para tener un valor equilibrado es preciso haber haber experimentado antes su opuesto y con discernimiento para saber balancearnos hasta encontrar la dirección correcta para degustar mejor el instante, saboreando la luz infinita del alma. Por tanto, si hemos sido malos es la mejor plataforma de lanzamiento hacia el otro extremo y descubrir qué nos hace sentir mejor para contactar con la parte más auténtica de nosotros mismos, la que nos revela nuestra verdad. 

Una vida llena de mentiras es una no vida. Todo lo que destapa verdad, te hace renacer de forma natural, te sientes bien, sin confusión, sin miedo, con la mente clara. Tu verdad te hace seguro y fuerte y ésta no tiene porque gustar a los demás. Cuando empiezas a conocer tu verdad, te sumerges en tu propio silencio, en una paz que antes desconocías pero que siempre ha estado junto a ti para que la descubrieras y la integraras en tu corazón, en cada palabra, en cada gesto, en cada acto o muestra de tu ser. Entonces, descubres rincones de poder que te conectan con tu creatividad allá donde menos lo esperas y la improvisación se convierte en tu aliada, es tu vestido de vida que seduce al ahora. Sabes lo que tienes que hacer en el proceso preciso, no antes y dejas de mirar a ciegas o de pronunciar palabras vacías. Eso implica cambios de vida, de actitud, de escenarios o personas pero la dicha que te  proporciona saber quien eres, bien merece la pena.

Ya no volverás a sentirte perdido porque has encontrado tu lugar en ti mismo, el cual no depende de nada exterior pues en todas partes puedes sentirte tú y todo tu exterior reflejar tu armonía. 

Has aprendido a respetarte y a tomar de ese espacio interior de sabiduría lo que necesitas para desarrollar tu actividad. La paciencia no se hace pesada de llevar sino que es tu nueva amiga y las sorpresas no se hacen esperar. 

La brisa fresca renueva tu horizonte y la belleza es tu nueva bandera de presentación ante el mundo. Desde tu rostro humilde, una sonrisa asoma al exterior: eres tú quien en la escuela de la vida has superado con brillantez lecciones que estaban reservadas a unos cuantos. Ahora puedes subir otro peldaño más, pero, si no, no te hubiera importado porque hace tiempo que dejaste de buscar o planear. Si te caes, simplemente te levantas y sigues adelante. Dejaste de buscar ascensos y, por eso, es ahora la vida quien te asciende y te muestra el reino del ahora, ése en el que, incluso, el sufrimiento te mira por encima de los hombros, mientras tú pasas de largo...

Puedes llorar, pero en tu interior, incluso cada lágrima te da nuevos motivos de felicidad. Siempre los tenemos y no debemos dejar que nos pasen desapercibidos pues la esencia de la vida estriba en pequeños detalles que reconocidos con la luz del alma vienen a engrandecer nuestra vida.

¿Y si nuestra verdad estuviera equivocada? Nunca debemos negar dicha posibilidad, pues los términos absolutos no existen, todo es cambiante, transitorio, pasajero y, por tanto, también puede serlo nuestra verdad. No tenemos porque saberlo todo, ¿y qué? el alma sigue viviendo y aprendiendo eternamente e irá hacia una nueva verdad con todas las consecuencias.            

                        

domingo, 5 de agosto de 2012

Meditación guiada

 
En meditación, respiro profundo y trato de sentir mis ser y cómo este se expande en una luz blanca que sana mis heridas y que me hace sentir ligera y conectada a mi alma. De hecho, ése es el espacio privilegiado que he ocupado siempre y que constituye el timón que dirige la embarcación de la vida, esa vida que tengo la dicha de vivir en libertad. 

Con los ojos cerrados, me siento una nómada del tiempo y percibo como éste me abraza y sella un pacto conmigo: el de una alianza eterna en la cual yo  me siento una con él en una nueva dimensión que me lleva a lo que he venido a ser. Este lazo me flexibiliza a él y él a mí, de tal modo que intuyo que el teimpo me acompaña y vibra en cada instante para revelarme el significado de la vida y, si conviene, el tiempo parece ensancharse o dejar de transcurrir tan veloz. Sigo respirando en postura de sedestación y tengo la sensación de que el ir y venir de las circunstacias deja de afectarme, ues, al ser consciente de la luz de mi centro, siempre me nutro de este equilibrio interno y eterno, inalterable, el cual la fuerza de mi alma me entrega como el mejor de los regalos. Y ése es precisamente mi mayor tesoro: mi alma eterna acariciada por cada momento que la alimenta y la convierte en una con todo.


En mi tiempo de meditación, soy consciente de la necesidad de dejar atrás mis apegos y de exprimir en cada instante hasta la más insignificante de las bendiciones, que la vida coloca ante mi. Traigo al recuerdo algunas de las afrentas recibidas y las disuelvo en una luz rosada, con amor, deseando lo mejor a sus ejecutores. Ya no pueden hacerme daño y he aprendido a comprender las razones de su actuación y aceptar que todo aquello ocurrió pero ya se fue, me enseñó empatía, comprensión por los demás y vulnerabilidades sobre mi de las que he tomado conciencia. Este nuevo entendimiento me permite vivir la vida en la frecuencia del milagro que soy, que no sólo se halla en lo bueno, sino también en lo que nos inquieta. 

Sigo con mi sesión de introspección y me doy cuenta de la belleza que experimento en cada instante de recogimiento. En la intimidad con el ser puedo escucharlo y conectar con él. Pero si no quiere transmitirme ningún mensaje, lo respeto y sigo adelante con mi ejercicio de interiorización, aprovechando para revisar mi estado mental, siendo consciente de mis sensaciones de ahora y tratando de ver desde este momento el escenario desde afuera, en paz con lo que soy y dejando de juzgarme y de juzgar a otros. Aceptar lo que me ocurre en lugar de juzgar es mi mejor opción.

Llego a la conclusión en el transcurso de mi mirada hacia dentro que cada juicio resulta una pérdida de tiempo que nos ancla en hechos que sucedieron en el pasado que nubla nuestra visión de las cosas y que nos abocan a un entendimiento equivocado. Este hecho que nos hizo sufrir, ahora ya no está. Por eso no voy a regalar mi valioso tiempo o experiencias a una entidad fantasmal que ahora veo salir por la puerta trasera de mis emociones.

Doy las gracias a todo ese sufrimiento por cada lección recibida, entre otras, me ha acercado a mi humanidad y a la paz latente que nació conmigo, que he aprendido a reconocer y de la cual me desconecté durante años.

Sigo ante mi escenario mental y observando la circulación de pensamientos, envolviéndome de una luz reconfortante que me envía como respuesta que desde que juzgo menos o trato de no juzgar, la vida la percibo desde el corazón alegre de mi niña interior a quien le encantan los juegos, las sonrisas, los paseos y la creatividad. La siento ahora fundida en mi corazón y la abrazo con cariño. En ese abrazo también incluyo a toda la humanidad, especiamente a los que me perjudicaron y doy gracias por ahber ganado mi nuevo espacio de libertad y confianza en mí misma.

Nunca me arrebataron nada que no me perteneciese y eso me ha conducido a la mejor de las enseñanzas: la plenitud que siento ahora, cuando me dedico el tiempo que antes me arrebataron.

Sigo en meditación y agradeciendo el regalo de dedicarme tiempo a mi misma, el cual empleo para seguir respirando profundo y dar rienda suelta a la creatividad y bailar con el corazón junto a mi niña interior, que es tan preciosa, que parece un ángel que me ha venido a enseñar a amar la vida. 


Respiro más profundo todavía para conectarme más con el instante y siento como un caudal infinito de nuevas creaciones está latiendo con tanta fuerza que dará lugar a un estallido de vida. Esta explosión de vida me muestra como la bendición y la hazaña que implica el hecho de vivir una vida consciente y despierta. A ese despertar nos dirigimos todso y allí es donde encontramos el núcleo de lo que realmente somos: luz y divinidad en carne y hueso.

Sigo bañándome de paz y mis guías de luz me rodean con amor en una canción callada cuya melodía compartimos desde mi nacimiento y que ha venido a recordarme en cada paso del camino mi origen y el porqué estoy en este precioso planeta.

Visualizo la sacralidad del planeta Tierra, la perfección que alberga y el ritmo de ascensión trepidante que circula en mis venas. Sonrío porque ya no tengo miedo, gracias a la plena aceptación de lo que me brinda el ahora y el convencimiento en que todo sucede, atendiendo a un plan.

Visualizo, respirando profundo, como el cielo se une con la Tierra, en el centro de mi corazón y mi niña interior y yo formamos parte de este escenario divino y tranquilo que la vida nos regala aquí y ahora.

Agradezco lo bueno y lo malo, mientras sigo con los ojos cerrados, respirando aún más profundamente, entregada al ahora. 

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jueves, 2 de agosto de 2012

Rasgar el velo de la dualidad de Andreas Moritz

Quiesiera dejaros esta valiosa cita del libro que me estoy leyendo ahora y me ha llegado profundo por la sabiduría que su autor destila en cada palabra de su genial obra. Sin duda, el producto de una persona iluminada. Es de esos libros que siempre formará parte de mi biblioteca pues la guía que me está ofreciendo es inestimable:

"La verdadera sanación tiene lugar cuando nos hacemos responsables de todos nuestros pensamientos y acciones. De este modo, no sólo nos acercamos a la individualidad, a estar alineados con el propósito de nuestra alma, sino que evitamos sentirnos superiores a nada ni a nadie. Cuando la unidad toma el control y nos movemos hacia nuestro verdadero poder, la necesidad de emitir juicios basados en la dualidad llega a su fin de forma natural.

La unidad empieza cuando abrimos nuestro corazón a las simples bellezas de la vida: la tierra, las plantas, los animales, el sol, la luna y las estrellas. Estar en la naturaleza y respirar su aire nutre nuestra alma. Uno empieza a ver y sentir que todas las cosas tienen consciencia y que se merecen nuestro respeto y gratitud por estar aquí. Con el tiempo, nos volvemos adictos a su encanto y atractivo. Sin embargo, esta adicción no nos hace sentir vacíos, sino que nos llena con más y más. (...) Si el lector empieza a brindarle su atención afectuosa a la naturaleza, no puede imaginarse cuánto amor recibirá a cambio. La Tierra está lista para proporcionar riquezas a aquellos que la aman y la respetan." 

Extraído de la página 284 del libro Rasgar el velo de la dualidad. Una guía para vivir sin juzgarse y ver con claridad de Andreas Moritz, autor del best seller Limpieza hepática y de la vesícula y creador de los innovadores sistemas de curación Arte Ener-Chi y Santemonía Sagrada: cantos divinos para cada ocasión.

Enlace a otra cita de este autor:

http://trabajoconseresdeluz.blogspot.com.es/2012/08/rasgar-el-velo-de-la-dualidad-de.html