domingo, 27 de abril de 2014

Los cuentos de hadas en el castillo...

La bendición te acaricia la cara mientras extiendes tus alas al sol y el aire te seduce con su aroma a flores frescas. 
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La libertad se alza ante ti como un manto que te cubre el alma y te invita a enraizarte en el ahora como un árbol cuyas raíces ocultas pero tan poderosas que llegan a tocar el corazón de la Tierra. Hasta este mismo punto eres tú capaz de penetrar en tí misma, de experimentar la profundidad de tus raíces hadadas para regresarlas a la Tierra y envolverla en la magia de ese amor que traes del reino de las hadas. 

Como si estuvieras en un castillo encantado, te paseas por suntuosas estancias donde hablan los cuentos de hadas y donde los duendes saltarines que se esconden tras la barandilla de las escaleras que llevan a la torre. La bandera ondea al viento y toma la forma que le envía la corriente de aire, flexibilizándose, sin ello impedir su vuelo en el ser. Estás a punto de emprender este vuelo, anclada en la marea de tu ser, cuyas aguas pronto se estabilizarán y se allanarán para presentar un aspecto sereno, liso, cristalino y puro. 

 Imagen registrada*
 

Todo sigue su curso y recupera su equilibrio en armonía con el alma y el ahora, experimentado con amor y aceptación. Las fisuras se disuelven en el manantial, bálsamo de tu alma, que te enseña a fluir y redescubrirte.

Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Pastel

viernes, 18 de abril de 2014

Vibrando con la naturaleza y las hadas

El aire huele hoy más fresco y limpio que nunca. En estas tierras de luz vibrante te sientes tú misma, una con la naturaleza y el hábitat del lugar. Lejos de tu lugar de nacimiento, te manejas en este lugar como si supieras lo que debes hacer con la misma naturalidad con que lo hacen los nacidos aquí. Todo fluye hermoso y espontáneo en este valle de ensueño tan silencioso al amanecer que incluso podrías escuchar con claridad el vuelo de las hadas cruzando el bosque.

Los pájaros entonan bellas melodías en esta orquesta natural cuyo escenario es el corazón de la madre naturaleza. Un corazón que se funde contigo cada atardecer, cuando observas a los pájaros recogerse con sus trinos todavía alborotados en los enormes árboles del jardín de tu hogar. Presides los instantes en la naturaleza como una bendición con la que caminas cada día, en un andar lento que ralentiza el mundo en el que focalizas tu atención. 

Imagen registrada en Safe Creative
  

La humildad y la virtuosidad de los habitantes de esta población junto a su silencio, palabras sabias y hábitos saludables les confiere un toque especial y mágico que te llena por completo, como si al tratar con ellos brotara entre vosotros una varita mágica con el poder de enlazarte con los tuyos. Por fin los has encontrado y simplemente los disfrutas con amor de cada segundo que permaneces en este paraíso celestial donde la tierra te sabe a pura vida y te conecta con lo más íntimo de tu ser. Aquí te conoces mejor y en este autodescubrimento personal te encuentras con lo que siempre has sido y lo saludas con reverencia para darle la bienvenida y volver a nacer.

Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Pastel

sábado, 5 de abril de 2014

Susurros de duendes y gnomos

Ese color del atardecer se te presenta con un color especial hoy. El cielo se va apagando al compás del silencio y se va llenando de las primeras huellas que destiñen el día. La luz se va filtrando entre las capas de las nubes como si los ángeles te enviaran hoy los últimos rayos que yacen como dormidos en un dulce morir que mañana renacerá nuevo y hermoso. 

 Imagen registrada en Safe Creative*

Así es el paso del tiempo, siempre cíclico y transitorio. La temporalidad del tiempo te hace pensar en lo perecedero, en las garras de una fragilidad en la que todos podemos caer y en la caducidad de la existencia, atemporal y finita a la vez. Sin embargo, esa fragilidad te enseña a amar más la vida, incluso lo minúsculo como las pequeñas flores, los insectos y las avecillas que adornan el campo con sus trinos y melodías, compitiendo éstas con la de sus espíritus protectores: los ángeles y las hadas. Nunca se sabe cuando algo valioso puede perderse, por eso es mejor amarlo tal y como es y, si se va, siempre nos queda el amor y el cariño experimentado.

 Imagen registrada en Safe Creative*

Percibes el amor como ese sentimiento que engrandece la humanidad pero para que resulte verdadero debe de quedar imprimido en el alma, en el instante. El amor no debe estar contaminado por preferencias, prejuicios o cualquier rastro de confusión mental pues en tal caso no es amor sino dependencia, pretensión o exigencia. El alma es quien ama por lo que se es, el ego quien pide a cambio. Cuando alma y ego convergen entonces es cuando nace el verdadero hombre. Es entonces cuando el alma le toma el pulso a la vida y plasma en ella su belleza, talentos o virtudes, erigiéndose como el emblema que nos pertenece por derecho de nacimiento.
 
La tarde sigue cayendo lenta y plácida en tu colina mágica. Escuchas susurros en la maleza y crees que son los de los duendes y gnomos que te observan a lo lejos. Pronto comenzará la danza de las hadas y no quieres perdértela. Por eso, permaneces quieta, callada y oculta para ejercer de vigía muda de tal escena, una escena que te conmueve y eleva el pálpito de tu corazón hacia la luz. 

  Imagen registrada en Safe Creative*

Amas a las hadas desde niña y admiras a los elfos por su destreza en la lucha y sus habilidades espirituales. Te encanta escribir sobre ellos y dibujarlos. Algo divino te asiste cuando lo haces, te revitaliza y te hace sanar tus aferramientos terrenales. Te convierte en un ser más libre y te da las alas que antaño tenías cuando volabas como una hada más en los cielos del reino de los cuentos.

Safe Creative #1404050528634
Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustración inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustración: Pastel o Acuarela